jueves, 16 de mayo de 2013



REGALOS DE NAVIDAD EN MARZO

                                  La iglesia Alianza de San Miguel mandó regalos para todos los niños mastanawas y por diferentes motivos llegaron a Purús en el mes de marzo y comenzamos a entregarlos en el mismo mes. Recorrimos la mayoría de las comunidades entregando los regalos y aprovechando en llevar medicinas para los enfermos.
                                    Fueron viajes en lluvia, sol fuerte y pedí el apoyo de algunos mastanawas. Lo interesante de esto fue un cambio de actitud de los mastanawas. De desinteresados pasaron a ser más atentos con nosotros y no solo para el momento de los regalos, sino que aún se mantienen así. Mi querida esposa me dice que “probablemente están así porque se les regaló algo que ellos no pidieron”. Lo que pasa es que cuando alguien nos pide algo fuera de lo que es medicinas o ayuda para niños o ancianos, no le damos así nomás. Entonces, esto genera rechazo de su parte hacia nosotros. Pero ahora no nos pidieron regalos para sus hijos y se los dimos, como resultado tenemos a los mastanawas más atentos, cordiales y con deseos de ayudarnos.
                                Expresiones por demás alegres son las que ellos mostraron, también frases como:
              - “Hermano, nunca hemos recibido regalos”,

             - “¡Ni los mestizos tienen estos regalos!”,

             - “Voy a guardar para que no me roben”,

             - “ya tengo mi primer calzoncillo”,

             - “Ahora mi hermanito me va a quitar”,

              - “Creo que nunca más me regalarán así”...
                           Cuántas otras frases más que mostraban algo que nunca antes vivieron, sus rostros de alegría, sorpresa y en algunos casos no sabían qué decir. En fin… Gracias a todos los hermanos que ofrendaron 150 regalos para todos los niños mastanawas.


LA IGLESIA DEL DIABLO

(caricatura)
                     Los días de semana santa me fui a la comunidad de Bola de Oro para tener tiempos con ellos. Nos fuimos a cazar, pescar, jugamos algo de futbol (jugué después de varios años) y por las noches nos pusimos a charlar con los mastanawas. Una de esas noches me pidieron que les explicara por qué se dice semana santa. Entonces les conté la historia de los últimos días de JESUCRISTO; su pasión, muerte y resurrección. Cuando se trata de historias ellos son todo oído.
                      Aunque yo no planifiqué el contar esta historia, hice todo lo posible para que sea entendible e introduje algunas palabras y frases en lengua mastanawa que ya domino. Lo interesante de esto es que todas las noches querían una historia, entonces decidí contarles la misma historia con otros matices para que comprendieran mejor. Algunos  que ya se acordaban de la historia comenzaron a adelantarse a lo que yo contaba, señal de que habían captado.
                         Una noche, repetí varias veces que Jesús es el Hijo de Dios y que Judas, el traicionero era el hijo del diablo (Jn. 6:70). Me preguntaron: ¿Por qué era el hijo del diablo? Yo les respondí: Porque con su vida misma desobedecía a Dios.
                           Al día siguiente se me acercó uno de ellos y me dijo. Hermano en la ciudad de Santa Rosa (pequeño pueblo brasilero fronterizo con Perú) hay una iglesia del diablo. ¿Por qué? Le pregunté, - porque los que son de esa iglesia dicen que son hermanos pero con su vida desobedecen a Dios, entonces son hijos del diablo- me contestó.
                      Me dio más detalles al respecto y básicamente él ve que asisten a la iglesia, pero se dedican al trago, al engaño, la traición, el abuso hacia los indígenas, el adulterio… etc. El indígena mastanawa no tuvo dudas en afirmar que toda esa gente no son hijos de Dios por más que asistan a la iglesia. Para el mastanawa no hay medias tintas.
                                           ¿Ustedes qué dicen?



LA PROVISIÓN DE DIOS EN FORMA DE UN PEZ ASADO
                 
                    Un día mientras estaba en una de las comunidades Mastanawas, no había qué comer en el desayuno más que yuca y algo de plátano verde. Esto es el alimento básico de los indígenas en la amazonía del Perú, pero no para un mestizo o gringo. Después de comer partimos juntamente con un joven mastanawa que hacía de motorista, fuimos a repartir algunos regalos a los niños de las comunidades cercanas. Cuando ya era hora de almuerzo nos dio hambre y ya faltaba poco para llegar a otra comunidad, entonces me puse a orar y le decía a Dios que estábamos de hambre.

                        De un momento a otro saltó un pez del río y entró en el bote. Esto llamó mi atención, pero como estaba orando ni siquiera lo busqué para verlo. Sucede que a veces entran peces dentro de los botes cuando viajas, especialmente cuando cae una llovizna, pero ese día hacia mucha calor y era como medio día.
                             Cuando ya llegamos a la playa de la comunidad para entregarles sus regalos, me dispuse a bajar y en eso el motorista me dijo: “Hermano, Fo᷉xoba fiwe” – Hermano, lleva tu pescado –. Dentro mío me decía: ¿para qué voy a llevar este pescadito?, pero al verlo detenidamente me di cuenta que era un pez de casi unos 40 cm. Agarré el pescado y lo llevé.
                               Sorpresa que en la comunidad solo había yuca y plátano para variar… pero como tenía mi pescado, lo mandé a asar y como yo sé que las mujeres mastanawas asan de una manera especial, le dije a la “chichi”  - Abuelita -  que nos lo prepare. Ese día comimos uno de los mejores pescados asados en mi vida.
                               Meditando en lo sucedido, agradecí a Dios por las innumerables formas que tiene para suplir nuestras necesidades
 

BASHARO

                          DE BASHAROS Y OTROS ANIMALES MÁS…
                     La última vez que me fui de viaje a la comunidad, lo hice sin mi querida esposa, ya que ella se encuentra embarazada y se quedó en la casa de Puerto Esperanza. Tuve la oportunidad de quedarme varios días y compartir con los indígenas su comida, su juego, su pesca, su caza, etc. Esta última actividad me llama mucho la atención y me agrada el acompañar a los hombres cada vez que van de caza. Aunque no se habla mucho cuando estamos dentro del monte para no ahuyentar a los animales, yo les hago varias preguntas en su idioma para así aprender nuevas palabras que solo las aprendes dentro del monte y cuando vas de caza.
                      Por otro lado, también hemos encontrado diferentes animales los cuales en su mayoría sacian el hambre de los indígenas. Recuerdo algunos animales que me causaron miedo y sorpresa. Por ejemplo un día encontramos una boa de unos 7 metros que había comido algún animal y que estaba soleándose en un pequeño riachuelo. Para mí fue algo que nunca antes había visto y gracias a Dios no nos pasó nada. También encontramos un mono de color blanco que los mastanawas tienen miedo de cazar porque dicen que es el diablo mismo. Un pequeño animal parecido al cui, que se llama añujillo y que cuando mi esposa lo preparó fue algo muy delicioso. En pleno río encontramos un oso perezoso que había quedado atrapado en una rama y que no podía llegar a la orilla. Le salvamos la vida con un palo llevándolo a tierra firme. Encontramos al famoso mono “coto” que cuando grita se escucha a grandes distancias.
                         En mi última salida, mientras caminábamos encontramos huellas frescas de un tigre “otorongo”, cuando esto sucede tenemos mucho cuidado porque el tigre es el único animal que ataca a los humanos. Éramos tres personas y yo estaba al medio, el indígena que habría paso de un momento a otro dijo: ¡basharo!, tigre, tigre. Comencé a temblar pero seguí caminando sin hacer ruido, al acercarnos a un árbol, vimos que el básharo al que se refería el indígena era una cría de tigre, que se subió inmediatamente al árbol, y desde arriba nos comenzaba a amenazar con sus gruñidos. Contemplamos un momento a la cría del animal más feroz de la selva, luego nos fuimos porque probablemente su madre estaba muy cerca.




BAJO EL LAMPARÍN HAY ALEGRÍA

                  En todas las comunidades de la etnia Mastanawa no hay luz eléctrica y por lo tanto uno se va a dormir muy temprano, pero años atrás el gobierno ¿regional o nacional? No sé, implementó paneles fotovoltaicos con su batería para que tengan luz, y también creo que regaló radios de comunicación. Actualmente solo queda la pequeña casita donde se guardaban esos regalos. ¿Qué pasó? Bueno, algunos se imaginarán qué pasó y a otros les animamos a que lean más historias y conozcan más de esta etnia.  (Me parece que en una comunidad todavía hay radio)

                   O sea que ellos tuvieron luz por un poco de tiempo, pero ahora son años los que llevan sin luz de noche más que la luz de la luna.

                 Una de esas noches en la comunidad preparaba mi carpa para descansar y saqué un lamparín a pilas que siempre llevo y lo colgué en un parante que soporta el techo. Terminé de armar la carpa y bajo el lamparín ya se habían instalado los niños para jugar y otros a hacer su tarea. De otras casas vinieron para ver la novedad y nadie se quería mover. Normalmente en la comunidad nos vamos a dormir a las 19:00 o 20:00 Hrs. Pero esa noche ya era las 21:00 Hrs. Y nadie se movía.

              Esa noche fue el inicio para que las demás noches todos se reúnan bajo el lamparín y comiencen hacer varias actividades con el común de estar alegres.

           Me pongo a pensar en cosas simples  que alegran la vida a algunas personas y a otras no porque están acostumbrados a tenerlo como algo común. Un simple lamparín alegró varias noches a la comunidad Mastanawa de Bola de Oro.
¿Hay cosas simples que te causan alegría?
 
 
RUITER
EL NIÑO DE LOS MALES
           El año pasado nos vinieron a comunicar que uno de los niños mastanawas había sufrido unas quemaduras. Por su tipo de quemadura tuvo que ser evacuado a Pucallpa y gracias a Dios poco a poco se recuperó. El mismo niño este año  se cortó con machete el empeine de su pie. Días después sufrió otro accidente; había tablas con clavos en su casa que ellos usan para leña y pisó uno de esos clavos que era de 3 Pulgadas y le traspasó el pie. Lo peor fue que sucedió en el mismo pie del corte con machete. Lo apoyamos y gracias a Dios ya está sano.
 
              La realidad de los niños mastanawas en muchos casos es lamentable. Son pocas las madres que se dedican a sus hijos. La mayoría de las madres delega el cuidado de sus hijos a sus abuelas y esto genera muchas situaciones no favorables para los niños.
                El niño de la historia, Ruiter, no vive con su mamá hace varios meses, cada vez que comienza a estudiar después de un par de meses lo abandona porque no recibe el apoyo adecuado, no tiene padre, su alimentación diaria es un desafío.
                  Pasar la etapa de la niñez es el desafío más grande de su vida. A nosotros nos gustaría ayudar y facilitarles el paso de esta etapa con algunos proyectos como una escuela en Puerto Esperanza dirigido a mastanawas en su propio idioma. Actualmente hacemos visitas periódicas a las familias mastanawas para ayudarlos en su salud, pero hay mucho más que hacer.
                Oramos a Dios por una pareja que trabaje exclusivamente con la salud de los mastanawas.
 

YAWATI Y BAYA

BAYA Y SU DIALECTO

Con mucha ayuda de Dios estamos avanzando en el análisis gramatical de la lengua mastanawa y estamos encontrando características que en el español no hay. Por ejemplo que el verbo va al final de la oración, que usan mucho los sonidos nasales y la misma  palabra según el tono puede cambiar de significado.
Cosas curiosas como: los diminutivos que usan, algunos verbos que agregando un sufijo se convierten en sustantivo, traducciones literales que nos sacan sonrisas: TAKARA “gallina”, TAKARA FEDE “marido de la gallina” (Gallo). El color del sol para nosotros es amarillo pero para ellos es rojo “Oshi”. Nosotros tenemos el verbo cargar, pero ellos tienen varios verbos que indican la acción de cargar según cómo y qué cargas.
Un día mientras elicitaba unas oraciones encontré que la misma oración con una pequeña variante daba como resultado otra pronunciación en el sujeto o en el pronombre. Digamos que un pronombre se pronunciaba sin nasal y el otro sí. Lo curioso es que mi ayudante mastanawa no se daba cuenta de esa diferencia, pero cuando le indiqué, él comenzó a reírse de la manera en la que pronunciaba.
Le dije: ¿Sabías esa diferencia?
Me respondió: No, ja ja ja
Nosotros somos los primeros que se sorprendieron de encontrar estas características de la lengua mastanawa, pero los mismos indígenas también. Algunos de ellos están esperando aprender a leer y escribir en su propia lengua y si todo va bien, tal vez al próximo año lo hagamos con algunas personas, pero aún hay un largo camino que recorrer.