lunes, 8 de junio de 2015

UNA OPORTUNIDAD PARA EL ÁRBOL DE COCO



El árbol de la historia
En nuestro terreno en Purús, tenemos varios árboles frutales. Por ejemplo, tenemos la famosa guayaba que lo usan en diferentes formas como mermelada, refresco y otros. También tenemos el caimito que es una de las frutas más exquisitas con su pulpa dulce. Tenemos naranja, mandarina, mango chico rico, guaba, y la fruta que es buena para la gastritis, el Cashew.
Tenemos un árbol de coco que es particular y al que le hemos agarrado cariño por la siguiente historia. Cuando llegamos a vivir a Purús, compramos un terreno y casa, entonces cortamos algunos árboles que eran nido de ratas, arañas y demás insectos. Muy cerca de la casa había un árbol de coco pero que no tenía fruto y estaba de color negro. Realmente se abstenía  de tener  buena apariencia, parecía que estaba cansado de vivir y dispuesto a secarse.
Como no tengo mucho conocimiento de árboles frutales, comencé a indagar sobre el coco y tanto indígenas como mestizos me dijeron que ese árbol no dará fruto y es mejor cortarlo y plantar otro. Alguien más experto, me dijo que tiene una enfermedad y por eso está negro.
Entonces, mi querida esposa me dijo que no lo cortáramos y que esperemos un año a ver qué sucede. Durante un buen tiempo ella le regó incansablemente con agua de jabón, lo abonamos con todas las cáscaras de los alimentos, y usamos otros métodos de riego. Cada vez observábamos si había alguna mejoría pero no daba señales, solo sus hojas se volvieron un poco verdes pues el negro estaba en todo lado.
Llegó el tiempo en el que nos ausentamos por casi un año de Purús y al retornar la primera cosa que hice fue mirar el árbol de coco. Sorprendentemente  ese árbol, al que nadie le daba esperanza de ser un árbol frutal útil, ya tenía fruto.
Me pongo a pensar en el ser humano, a veces a algunas personas que toda la vida nos fallaron y que no dan indicios de cambiar, las sentenciamos y para nosotros son caso perdido. Pero seamos pacientes, ayudemos esas vidas con una actitud positiva, no desmayemos en entregar nuestra vida al servicio de los demás y nos podemos sorprender más adelante…  esas personas pueden dar fruto en su tiempo.
 

martes, 2 de junio de 2015

HORMIGAS

 
"Más malas que buenas"
 
Por todo lado que se hable de las famosas hormigas, casi siempre se habla muy bien de ellas. Incluso en Purús, el lugar donde trabajamos hay hormigas que sirven de alimento a las personas y a los animales. Eso es cierto, ya que hay hormigas grandes que en una determinada época del año les salen alas y vuelan y luego caen. Cuando caen los niños indígenas están listos para agarrarlos, juntarlos y llevarlos a la olla. Yo también comí y tiene un sabor nada despreciable. Pero cuando los niños están dispuestos a cogerlas, los gallos y gallinas también entran en el juego, ya que esas hormigas que caen son un alimento favorito para los ovíparos.
Pero las hormigas no están exentas a la regla de los "peros" en la vida...
Pero no todo es color de rosa en la historia de las hormigas.
Hace unas semanas atrás las lluvias en la selva del Perú estaban fuertes y cuando llueve seguido las hormigas comienzan a abandonar sus nidos y comienzan a invadir terreno ajeno: "nuestra casa" en Pucallpa. Al invadir la casa, comenzaron hacer sus caminos en medio de la sala, en el comedor y hasta en los dormitorios. Probamos algunos venenos para hacerlas desistir de no entrar en la casa, pero son muy tercas y tuvimos que sufrir varias picaduras. El asunto se complicó cuando comenzaron a picar a Santiago, nuestro hijo de año y medio. Una de esas noches busqué todos sus nidos pacientemente y los encontré. Rocié combustible para automóviles y se me pasó por la mente el prender fuego, pero como la casa es de madera, y es alquilada, desistí. Al día siguiente desaparecieron.

Cuando llegué a Purús a arreglar nuestra casa, me di con la grata sorpresa de encontrarla llena de las famosas hormigas llamadas "Pukakuro". Los mastanawas las llaman: "Eboshi", traducido es hormiga roja. Son hormigas prácticamente microscópicas que andan por todo lado en millares, y cuando te pica una sola hay un dolor único que no pasa rápido y pareciera que te continua picando una y otra vez.
¿Y si te pican varias?
Contraté a algunos trabajadores de la zona para arreglar la casa y fueron picados en varias oportunidades por las Pukakuro. Uno de los trabajadores pregunto: ¿Por qué Dios creo estos insectos?
Otro respondió: Después que el pecado entró en el mundo el castigo de Dios fue enviar a las pukakuro. Estoy de acuerdo, no hay peor castigo que la picadura de las pukakuro...
 
Hay otras hormigas que les dicen "treinta", ¿Por qué? porque, cuando te pica el dolor dura treinta minutos... en fin, hay muchas más historias de hormigas, pero concluyo en que las hormigas nos dan buen ejemplo de trabajo y perseverancia, pero no romanticemos el asunto.