lunes, 25 de junio de 2012


KEYUNI  Y  KAPODI: Un regalo de Dios

Esta es una pareja Mastanawa de casi 30 años de casados, tienen cuatro hijas, viven en Sinaí y han sabido sortear las circunstancias propias de una vida en matrimonio para así mantenerse unidos.
Por mucho tiempo hemos estado orando por Mastanawas que sean asesores de idioma (que nos ayuden a adquirir su lengua) constantes, que nos enseñen su idioma y no se aburran en el intento. También que nos enseñen su propio idioma y no nos engañen. Principalmente que entiendan de un compromiso que hay que cumplir. Dios nos respondió y nos envió a esta pareja que es una bendición.
Cuando preguntábamos por Mastanawas que hablen bien su idioma nos daban la referencia de Keyuni y lo fuimos a buscar a su comunidad, pero la primera vez no lo hallamos, fue en la segunda visita a Sinaí que nos recibió junto con su familia. Desde entonces comenzamos una amistad entre su familia y nosotros. Esto no quiere decir que ya no tenemos amistad con otros indígenas, sino que principalmente esta pareja son los que nos ayudan, aunque también tenemos otros amigos.
Estos días hasta la primera semana de Julio nos acompañarán en Pucallpa para continuar con nuestro avance en el idioma. Kapodi, primera vez viajó en avión y primera vez que visita Pucallpa… Ya se imaginarán cómo está ella. Un día les indiqué el camino que debían tomar para llegar a la casa donde estamos alojados y no llegaron, ellos tenían que tomar mototaxi, tuve que salir a buscarles y resulta que estaban cerca. ¿Qué pasó?, les pregunté. “en mototaxi no me doy cuenta dónde estoy, pero caminando si conozco”, respondió Keyuni.
Queremos darles nuestra amistad y amor sin ofenderles, aunque por nuestra mentalidad de ciudad seguramente ya cometimos errores que les ofendieron. Es por eso que oramos a Dios para que tengamos sabiduría en el trato con ellos.
Dios traiga a los pies de Cristo a esta pareja.

domingo, 24 de junio de 2012



LO QUE EL RÍO SE LLEVÓ

A fines del mes de mayo estuvimos en la comunidad de Sinaí y fuimos testigos de la siembra de sandía
Es costumbre en las comunidades del Purús sembrar especialmente sandía cuando las lluvias cesan y las playas comienzan a aparecer. Esto ocurre en el mes de Mayo. Pueden haber lluvias pero ya no tan fuertes.
Mientras estuvimos con ellos pudimos ver que se levantan muy temprano y tanto ancianos, niños, adultos, todos se van a la playa y comienzan a sembrar sus semillas de sandía y maiz. Aprovechan el verano que irá hasta el mes de noviembre aproximadamente.
sembrando maiz en la playa
En la foto vemos a una de las ancianitas que también sembraba sus semillas.
Lamentablemente hemos recibido la noticia que hubo lluvias fuertes (ya no deberían darse por estas fechas) que arrasaron con todo lo sembrado. Esto nos dio mucha tristeza porque sembraron todas las semillas que tenían.
Por favor, oremos para que ellos tengan con que suplir sus necesidades alimenticias durante esta época de verano. No solamente por la comunidad de Sinaí, sino por todas las comunidades que perdieron sus sembríos de este año.


              LOS MASTANAWAS Y SUS MIEDOS I
Keyuni y la anaconda
                 En una oportunidad en la comunidad Mastanawa de Sinaí acordamos ir de cacería, pero no habían muchos hombres porque la mayoría se encontraban en Pto. Esperanza (Capital de Purús). Entonces solo fuimos de cacería Keyuni (Pablo) y Yo. Salimos muy temprano en una canoa. Después de unos minutos entramos a una quebrada donde el río no es muy ancho. En esta quebrada vamos a poca velocidad porque cualquier momento puede aparecer algún animal. Sin darnos cuenta pasamos muy cerca de una anaconda y esto me asustó en gran manera. Nos detuvimos para observar mejor. Era una anaconda muy grande, de unos 6 metros y estaba en la orilla del río. De un momento a otro se metió al rio y cruzó a la otra orilla. Era muy grande. Keyuni me contó que varias veces encontró anacondas cuando el salía a cazar solo. Añadió que “sería mejor matarlo porque cuando regresemos nos puede atacar”. Al retornar de caza, necesariamente íbamos a pasar por ese lugar porque estábamos en canoa.  
                         Keyuni Hizo un disparo con escopeta y la anaconda comenzó a moverse con gran fuerza dentro del rio, al ver eso nos asustamos y nos fuimos en el bote a continuar con la caza. Mientras estábamos de caza, estábamos pensando si la anaconda nos estaba esperando.
                          Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando regresamos por el río, con los ojos muy abiertos y la escopeta preparada. Cuando llegamos al lugar donde vimos la anaconda comenzamos a buscarla antes de cruzar, pero no la hallamos.
                           Cuando ya estábamos cruzando la vimos… estaba enroscada como para atacar… nosotros retrocedimos y nos alistamos para enfrentarla.
                           Los indígenas saben lo que tienen que hacer en estos casos y yo solo era un observador, un aprendiz. Pablo mató a la anaconda y de inmediato me dijo que su familia iba a tener mucho miedo por lo sucedido. ¿Por qué?


sábado, 23 de junio de 2012

               LOS MASTANAWAS Y SUS MIEDOS II
Keyuni retornando de caza
            En la comunidad toda la familia de Keyuni y Noemí, nos estaban esperando. Ellos siempre están a la expectativa para darnos la bienvenida y también para ayudarnos a cargar lo cazado. Llegamos y  nos acomodamos para descansar. Pablo comenzó a contar lo que nos había sucedido y todos los Mastanawas que estaban alrededor se apartaron de nosotros, como cuando uno siente un olor horrible, nadie nos quiso tocar y nuestra presencia pasó de ser de agrado a ellos a ser repulsiva.
                   Fue de gran conmoción en la familia de Keyuni lo que nos sucedió. Poco a poco fuimos entendiendo el por qué de esa reacción. En la cosmovisión Mastanawa algunos animales tienen un poder sobrenatural aunque estén muertos. En el caso de las anacondas, estas tienen poder aún de muertas para hacer que algún familiar del que la mató pueda enflaquecer y luego morir. El miedo de los Mastanawas era que alguien de ellos iba a morir por culpa nuestra; por eso, se apartaron de nosotros. Este es un miedo real.
                    Los reunimos y les hablamos que nosotros tenemos un Dios que realmente es más poderoso y que nos ama. “Vamos a orar para que nadie muera ni se enferme”, les dijimos. Por la noche oramos a Dios para que no pase nada en la comunidad y sepan que nuestro Dios es más poderoso que cualquier creencia que origina miedo. Gracias a Dios no ocurrió nada y creo que con hechos prácticos estamos presentando a nuestro Dios que es amor, que salva, que libera y es poderoso.
                    Esto causó confusión y dudas en los Mastanawas, pero se dieron cuenta que efectivamente hay un Dios superior que responde a la oración de sus hijos.