viernes, 28 de agosto de 2015

Pto. Esperanza, capital de Purús
 
PURÚS, UN PUEBLO ABANDONADO

          En nuestra última entrada a Purús fuimos recepcionados por una lluvia fuera de estación. Recordando un poco me doy cuenta que ya son varias veces que llegamos con lluvia y eso no tendría problemas a no ser por el barro que origina. En Purús hay cantidad de barro mezclado con arcilla o greda, –si el barro valdría, todos en Purús serían millonarios-.
          Para llegar a nuestra vivienda, tienes que subir una lomita resbalosa y con maletas y un bebé, la situación se torna desafiante. El barro inmediatamente te hace ver que estás en un lugar recóndito, en lo último del mundo. Ensuciarse las zapatillas y pantalones es de todos los días y vamos a tener que ensuciarnos muchas veces más para sacar adelante a Purús.
          Mi esposa comienza a limpiar y de pronto encontramos a un gato más fiel que el perro. Por estos lugares preferimos un gato porque desaparece a las ratas. Dentro de todo esto, mi hijo es el más feliz porque para él todo lo que se mueve es su mascota. Yo inmediatamente salgo a comprar gas para la cocina y me alegra saber que el balón de gas bajó de 125  a 105 Nuevos Soles Peruanos (32 Dólares Americanos). Quiero comprar huevos para el desayuno y no hay huevos en todas las tiendas porque el vuelo cívico no entra hace más de un mes.
           Hacer mercado es tedioso y más aún cocinar con los pocos productos que hay. Caminando en busca de productos me encuentro con una pareja de indígenas en muy mal estado de salud. El esposo casi no puede hablar porque está muy resfriado y su esposa muy flaca y con una barriguita hinchadita, les pregunto qué tiene, y me responde: tiene TBC y 4 meses de embarazo.
           Purús es una tierra abandonada por los peruanos, pero menos por sus pobladores que luchan cada día para sacar adelante este pueblo que parece que no existe para los gobernadores del Perú. El último presidente peruano dijo la vez que visitó Purús: “Purús tendrá su hospital”. ¿Ustedes qué creen?
            Hay días que no ha habido luz, y otros que solo hemos tenido por 2 o 3 horas, a penas para recargar los celulares y bombear el agua al tanque elevado, poco a poco con el nuevo alcalde, va mejorando la cantidad de horas de luz, deseamos que trabaje para el bien de los pobres.
            Cuando la situación se pone color oscuro, me pregunto qué hago aquí?. La respuesta la aprendí de mi madre cuando yo era muy niño: “Siempre es bueno ayudar a los pobres”.
En la biblia dice:
          Luego Jesús se dirigió al anfitrión: «Cuando ofrezcas un almuerzo o des un banquete —le dijo—, no invites a tus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos. Pues ellos también te invitarán a ti, y ésa será tu única recompensa.
Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego.
          Luego, en la resurrección de los justos, Dios te recompensará por invitar a los que no podían devolverte el favor».  Luc 14:12-14 (NTV)
 

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