LA MUERTE DE BEBES MASTANAWAS
¿Hay culpables?
Esta es una historia
que no tiene una respuesta contundente porque no nos atreveremos a afirmar o
desmentir posibles costumbres en medio del pueblo Mastanawa, en especial con
las madres jóvenes.
Hace unos años atrás presenciamos
la muerte de una niña de 2 años de la etnia Mastanawa, después de haber
consumido harina para desayuno mesclado con veneno para ratas. Pero lo
sorprendente fue el poco esfuerzo de su madre para salvar la vida de su
agonizante hija.
Niña que falleció el 2015 |
Otro caso de una niña de casi la misma edad que la
anterior, se enfermó con un fuerte resfriado que podía ser curado pero su madre
no perseveró en su tratamiento en la posta médica. La niña murió.
Vimos y nos enteramos
de otros casos similares donde la constante son bebés o niños enfermos y mamás
jóvenes. El caso más reciente es de una niña con desnutrición severa a la que
le ayudamos comprándole leche, azúcar, vitaminas que incluso hicimos traer a
Purús desde Pucallpa. Al principio le visitamos todos los días para ver que su
madre joven le diera sus alimentos, pero no vimos en ella el esfuerzo como para
que su hija se recupere. Era como si esperara la muerte de su pequeña hija. Lamentablemente falleció el 2015
Sucede que nos sorprende
cómo las madres jóvenes al ver que sus hijos bebés o niños pequeños se enferman
no se esfuerzan lo suficiente como para salvar a sus hijos. Puede ser que no
tienen las facilidades del caso, pero hay una pequeña posta de salud en Purús
que puede ayudar. Pero también es conocido en Purús que varias madres de
diferentes etnias dejan morir a sus hijos porque como son jóvenes pueden tener
más hijos. O sea, si se muere uno, pueden tener otro.
Esto explicaría en
parte, por lo menos, el por qué de la poca diligencia de las madres jóvenes.
He leído que el reconocido
misionero Británico Willian Carey que trabajó en la India, vio una vez un cesto
colgado en un árbol en el que yacía el cuerpo de un niño medio comido por las
hormigas y los pájaros. Se conmocionó cuando averiguó que se trataba de una
práctica común: así dejaban los padres morir a sus hijos no deseados.
No tengo una
respuesta contundente a lo que sucede con las madres jóvenes y sus niños
enfermos de la etnia Mastanawa, pero si puedo afirmar contundentemente algo: “Cuando el ser humano se aleja más y más de
Dios, deja de parecerse más y más a Dios: se deshumaniza a consecuencia del
pecado”