viernes, 19 de febrero de 2016

LA MUERTE DE BEBES MASTANAWAS
¿Hay culpables?
 
Esta es una historia que no tiene una respuesta contundente porque no nos atreveremos a afirmar o desmentir posibles costumbres en medio del pueblo Mastanawa, en especial con las madres jóvenes.
Hace unos años atrás presenciamos la muerte de una niña de 2 años de la etnia Mastanawa, después de haber consumido harina para desayuno mesclado con veneno para ratas. Pero lo sorprendente fue el poco esfuerzo de su madre para salvar la vida de su agonizante hija.
Niña que falleció el 2015
Otro caso  de una niña de casi la misma edad que la anterior, se enfermó con un fuerte resfriado que podía ser curado pero su madre no perseveró en su tratamiento en la posta médica. La niña murió.
Vimos y nos enteramos de otros casos similares donde la constante son bebés o niños enfermos y mamás jóvenes. El caso más reciente es de una niña con desnutrición severa a la que le ayudamos comprándole leche, azúcar, vitaminas que incluso hicimos traer a Purús desde Pucallpa. Al principio le visitamos todos los días para ver que su madre joven le diera sus alimentos, pero no vimos en ella el esfuerzo como para que su hija se recupere. Era como si esperara la muerte de su pequeña hija. Lamentablemente falleció el 2015
Sucede que nos sorprende cómo las madres jóvenes al ver que sus hijos bebés o niños pequeños se enferman no se esfuerzan lo suficiente como para salvar a sus hijos. Puede ser que no tienen las facilidades del caso, pero hay una pequeña posta de salud en Purús que puede ayudar. Pero también es conocido en Purús que varias madres de diferentes etnias dejan morir a sus hijos porque como son jóvenes pueden tener más hijos. O sea, si se muere uno, pueden tener otro.
Esto explicaría en parte, por lo menos, el por qué de la poca diligencia de las madres jóvenes.
He leído que el reconocido misionero Británico Willian Carey que trabajó en la India, vio una vez un cesto colgado en un árbol en el que yacía el cuerpo de un niño medio comido por las hormigas y los pájaros. Se conmocionó cuando averiguó que se trataba de una práctica común: así dejaban los padres morir a sus hijos no deseados.
No tengo una respuesta contundente a lo que sucede con las madres jóvenes y sus niños enfermos de la etnia Mastanawa, pero si puedo afirmar contundentemente algo: “Cuando el ser humano se aleja más y más de Dios, deja de parecerse más y más a Dios: se deshumaniza a consecuencia del pecado”
 

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