Mastanawas en Lima II
Con mi
esposa decidimos orar para que Dios haga su obra sobrenatural y bendiga a Naibibi
con la operación. Esto lo compartimos con la iglesia de Lima para orar más de
lo que ya se estaba orando. Dejamos
pasar las semanas y creo un par de meses, y volvimos al ataque. Un día fuimos de visita a la casa de la familia de Naibibi en Purús y les dijimos que nosotros íbamos a viajar
a Lima y si ellas querían viajar para la operación, nosotros las íbamos a acompañar. Vimos en sus rostros cierta alegría y volvieron a animarse.
Comenzamos nuevamente con el proceso de conversación y organizar todo.
Conversamos
varias veces con sus padres, abuelos, familiares y líderes de los mastanawas.
Había un consenso casi general: “nos iban a volver a hacer lo mismo de la
primera vez”, o sea nos defraudarían una vez más. Lo interesante es que Naibibi era la más segura, esta vez si se iba a
operar.
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Madre e hija el día que llegaron a Lima. |
Viajamos a
Lima y con una hermana que trabaja en la Clínica de la operación comenzamos
todos los exámenes previos a la operación. Semana y media antes de la operación
le pusieron las bota de yeso y gracias a Dios esta vez no se sacó a pesar de
los dolores que le causaron. Ella estaba decidida. Dos días
antes de la operación comenzó a dudar pero Dios uso a otras personas que ya habían sido operadas y pasaron por ese proceso para animar a Naibibi. El día señalado para la operación, muy temprano
fuimos a la clínica y esperamos hasta
las dos de la tarde. La operación duro como tres horas. Gracias a Dios,
Naibibi se llegó a operar.
En realidad, la operación ni lo sintió, pero los dolores pos-operatorios, si que
fueron muy terribles y le sacaron muchas lágrimas. Actualmente ya pasaron los
dolores y estamos entrando a la etapa de la terapia.
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